Fuera de Foco

El termómetro PAN-PRD Silvia Núñez Hernández / Fuente de referencia: AGN Convocando a una gran marcha, tanto el Partido Acción Nacional (PAN) como el de la Revolución Democrática (PRD), lograron mostrar al priísmo veracruzano la convocatoria que mantienen en el estado, al aglutinar cientos de almas en Los Lagos, lugar que fue utilizado luego de…

SilviaEl termómetro PAN-PRD

Silvia Núñez Hernández / Fuente de referencia: AGN

Convocando a una gran marcha, tanto el Partido Acción Nacional (PAN) como el de la Revolución Democrática (PRD), lograron mostrar al priísmo veracruzano la convocatoria que mantienen en el estado, al aglutinar cientos de almas en Los Lagos, lugar que fue utilizado luego de que los integrantes de los 400 Pueblos se adueñaron de la Plaza Lerdo de la ciudad capital.

Con la finalidad de defender la “Gran Alianza por Ti”, tanto panistas como perredistas cerraron filas para mostrar su repudio en contra del gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, por haber interferido en la determinación del Tribunal Estatal Electoral de Veracruz (TEEV) al no permitir que dicha coalición de ambas corrientes se formalizara.

Con la presencia del senador, Javier Lozano Alarcón, el ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, Guadalupe Acosta Naranjo, comisionado nacional del PRD, Juan Manuel Oliva, secretario general adjunto de Elecciones del PAN, los dirigentes tanto del albiazul como del sol azteca, Enrique Cambranis y Juan Vergel, diputados, ediles de ambos partidos, realizaron este acto de protesta, que para quienes somos espectadores, nos deja clara evidencia de la convocatoria que aún mantienen entre la militancia.

También evidencia de cómo se la gasta el gobernador y su secretario de Gobierno, que por un lado le piden a los partidos políticos de hacer uso de una política madura y fuera de denostaciones, cuando con todo el cinismo impiden que los panistas-perredistas lleven a cabo su protesta en la Plaza Lerdo y le ordenan al seudo líder, César del Ángel –dueño de los 400 Pueblos- que se instale a sus anchas en dicho lugar. Todos sabemos de la mancomunidad tan estrecha que mantienen los priístas y estos exhibicionistas de los 400 Pueblos, que inmediatamente y respondiendo a la orden del supremo gubernamental se “encueran” y hacen su show –por cierto les debería al menos solicitar que hagan ejercicio, pues puro panzón y gordas vemos-.

También conocemos el odio que le profesa a Miguel Ángel Yunes Linares. Por ello, el líder, César del Ángel no muestra rechazo alguno a la idea de intentar arruinarle la manifestación a los panistas. Aprovechando ese repudio, el gobierno estatal le asigna la comisión de reírse del ex director del ISSSTE, pero infortunio del gobernador como al líder de dicho grupo de campesinos, si su intención es que no se llevara a cabo dicha protesta, se quedaron con las ganas, pues pese a todo, los panistas lograron “medirle el agua a los tamales” e hicieran público su aun poder de convocatoria, acto que quedó asentado en los diferentes medios de comunicación.

Actitud bastante pueril por parte de César del Ángel y de Javier Duarte de Ochoa, pues el mitin panista-perredista fue bastante sugestivo para quienes repudian a todo lo que huela al PRI. El acto multitudinario, da fe que con alianza avalada legalmente, estas dos corrientes partidistas –de derecha e izquierda- están decididas a darles muchos “dolores de cabeza” a los candidatos del tricolor, los cuales sólo los conoce el sector empresarial, pero “la prole” -como ellos ven a los ciudadanos- no conocen absolutamente nada de ellos.

Pide clemencia Duarte

Pese a que es incapaz de tener un acto de civilidad y sobre todo madurez, como siempre el gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa se siente con la calidad moral de andar regañando a la militancia de otras corrientes partidistas y hasta ser imperativo en sus exigencias de llevar elecciones con respeto mutuo. En un tono de impertinencia –más que de solicitud- el mandatario les pide dejar a un lado las descalificaciones y los “enfrentamientos estériles” en lo referente al venidero proceso electoral a celebrarse en este año.

Ofensiva -hasta saca lo peor de los veracruzanos- resulta la interpelación gubernamental, cuando todos tenemos conciencia que la guerra sucia del tricolor a través de correos anónimos en contra de los adversarios políticos –a esos que le tiene mucho miedo enfrentar en la contienda, pues sus candidatos son soberanos desconocidos para las masas- es una actividad común por parte de sus operadores políticos.

Sabemos también de su mangoneo a la determinación del Tribunal Estatal Electoral Veracruzano (TEEV) para que les echara abajo al Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la denominada “Gran Alianza por ti” que debería de llamarse “Todos Unidos en Contra el PRI”.

La hipocresía es uno de los defectos más vergonzosos que puede concentrar un ser humano; pero en el actual gobierno estatal, al parecer quien pueda acumular más de esta detestable actitud, estará mejor posicionado ante los ojos de quien supuestamente lleva la batuta del destino de Veracruz.

Por ello, resulta una literal ofensa por parte de Duarte de Ochoa que implore clemencia, cuando sus operadores políticos se encuentran trabajando a todo lo que da junto con los “orejas” quienes investigan hasta la talla de la ropa interior que utilizan sus adversarios. Sin consideración y respeto a su vida privada -amparados en la cobardía- utilizan las redes sociales –con usuarios inventados- y correos electrónicos para denostar a sus anchas, sacando a relucir la vida privada de sus enemigos políticos.

Debería de caérsele la cara al declarar ante los medios de comunicación:

“Dejemos atrás de una vez por todas la política de la descalificación, del enrarecimiento social, abramos, sí, los espacios al debate de altura, a las ideas, a las propuestas, debemos el lugar que le corresponde al esfuerzo, a la entrega y sobre todo a los resultados, (…) No hay espacio ya para protagonismos; tampoco lo hay, para aventuras de quienes pretenden ejercer esquemas ya superados de presión, en su intento de justificar sus desaciertos».

¿Cómo solicitar a la ciudadanía de trabajar codo a codo?, cuando los veracruzanos han sido víctimas del más lastimoso saqueo orquestado inicialmente por parte del ex gobernante, Fidel Herrera Beltrán y como herencia “maldita” el perpetuado a través de su administración.

Utilizar citas de verdaderos caudillos como Vicente Guerrero, quien inmortalizó la frase “La Patria es primero” es verdaderamente una falta de sentido común por parte del ejecutivo estatal, quien en lo que lleva en su administración no ha mostrado ningún tipo de respeto hacia el territorio veracruzano, mucho menos a la nación y a la ciudadanía. Luego entonces, no tiene cara para pedir apoyo en las próximas elecciones, si es generalizado el rechazo que él y su partido provoca a los habitantes.

Antes de pedir respeto, debería de ponerse de ejemplo. El no respetar una institución como el TEEV es muestra palpable de que utiliza el poder para beneficiarse con ello en las próximas elecciones.

Los veracruzanos no somos ignorantes como para no advertir su falsa lealtad hacia al pueblo, quienes se percatan de todas y cada una de sus traiciones hacia la ciudadanía.

Institucionales y sumisos

El día de ayer en el café de Don Marce, arribaron los “suspirantes” del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para alzarle la mano a Ramón Poo Gil para contender en la próxima contienda electoral en su pretensión de ser el próximo alcalde de Veracruz. Ahí vimos como de manera sumisa -quienes en un momento dado hicieron pública su intención para dicho puesto- se tuvieron nuevamente que hacer a un lado para dejar el paso libre a quien el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa decidió será el hombre que supuestamente dará buenos resultados en la contienda.

Lo que los priístas llaman “institucionales” y “democracia” para otros es imposición pura, tanto de quienes se encuentran en el poder, como asesorando a este grupo. Es indigno ver a Fernando Arteaga Aponte, Víctor Hugo Bretón, Enrique Cházaro, Marcelino Fernández –personajes que suspiraron administrar a el primer municipio de América- tener que quedarse como los “chinitos, milando” al imponerles al gallo del gobernador, y peor aún, tenerle que alzar la mano.

En fin, es triste que dentro de este proceso y lucha desleal –primero entre la misma militancia y luego entre los partidos políticos- jamás se considere a los veracruzanos. El hecho es que ninguno de estos pretende mejorar la calidad de la ciudadanía, quienes sólo sirven para emitir el voto y luego, no tienen ninguna participación.

Los ciudadanos pueden ser testigos de actos de fraude, corrupción, acarreo, robo de urnas, acoso por parte de grupos de choque, etc. –actos donde ya los partidos políticos son más cínicos- y absolutamente nada, sea considerado por parte de las instituciones –IFE, IEV, TRIFE, TEEV, etc.- para echar abajo una elección.

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