“Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza”.
Alfonso Mora Chama
Fue un salón de clases muy especial, el de la Prepa Juárez del maestro, filósofo, catedrático excelente, maestro en la evidencia de la sabiduría, en la reflexión filosófica, en el dominio de las lenguas, en la producción y traducción poética, Librado Basilio, en donde estudiamos entre algunos, Irma Chedraui, una tal Tawil de la entonces negociación Casa Blanca, Carlos Francisco Mora Domínguez, una guapa Wong Kang de Tuxpan, David Torres Kauil, Miguel Aguilar, Simón …y recuerdo perfectamente bien a quien al principio se me hacía muy presumido…Fernando Huitrón López.
Una mañana mientras cotorreábamos en los pasillos de este histórico colegio, ante la pesada mirada del odioso prefecto “Florecita”…vimos cómo los maestros y entre ellos el director Librado Basilio y el secretario del plantel, Aristeo Rivas Andrade, se movían alegremente de un lugar para otro…minutos después entraba a este lugar nada más y nada menos que el gobernador de Veracruz, Fernando López Arias…
“Voy a saludar a mi abuelo”, dijo Fernando Huitrón López a los que estábamos con él. Acepto que fue una expresión espontanea como si tan ilustre personaje arribara a la casa o al hogar de este pinche Fernando, (digo hogar porque mis colegas coatepecanos dicen que casa tienen los perros…cuando también hogar tienen los huérfanos)…
“Vamos no sean cabrones…acompáñenme”, invitaba a la plebe del salón del primero A.
Fuimos con él y vimos como el “abroncito” Fernando se acercaba al gobernador López Arias y le plantaba un beso en la mejilla, cerquita de su movida boca y lo saludaba cariñosamente, cuando en ese momento se acercaba al nieto de López Arias un señor a quien después me enteré la hacía de titular del IPE, Sabino Huitrón, papá de Fernandito y yerno del mandatario veracruzano…
Sabemos que don Fernando López Arias, entre algunos de sus cargos, fue designado Procurador General de la República, por el entonces Presidente de México, Adolfo López Mateos…también fue López Arias, Magistrado y Presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Nación…
Precisamente cuando Procurador de la República, llamándolo la prensa mexicana “El Fiscal de Hierro”, renunció al cargo para aceptar la candidatura al gobierno de Veracruz…tomando el poder en palacio de gobierno de Xalapa el 1 de diciembre de 1862 en este período hasta 1868, cuando los “cocolazos” del Movimiento Estudiantil que en Xalapa tuvo momentos de angustia y de zozobra…
Pues este condenadote de Fernando Huitrón López nos apantalló con el abuelo que se despedía del nieto con una sugerencia que todos conocimos: ·estudia mijo….estudia”.
Pues ayer entre las fotos carcomidas que encontré, estaba Fernando Huitrón con David Torres, Cházaro que jugó con Delfines y yo no faltaba más.
Una fotografía tomada en Cosolapa, Oaxaca, allá por aquellos hermosos años estudiantiles del 65…fuimos con el equipo de la Prepa Juárez a jugar futbol invitados por el “Lobos”, así parecía y así es su apelativo…un pinche calor endemoniado que a los xalapeños y a los dos teocelences, yo y José Luis Andrade Díaz el “Piencho” que llevé de “refuerzo”, nos estaba desmayando en la maltratadaºcancha…incongruencias, junto al majestuoso río, que supo de nosotros una vez terminado los 90 minutos reglamentarios…fue un empate a dos goles, que obligaba a la revancha, en suelo xalapeño pero jamás se concretó.
Y ahí estaba el Fernandito Huitrón, con todos los de la raza, igualito de jodido viajando en totoleros que iban hacia Tierra Blanca y después a trasbordar…sudaba que daba gusto cuando nieto del gobernador López Arias, bien pudo haber viajado en lujoso auto con clima, chofer y cuanta chingaderas gozan los hijos de los influyentes, de los que manejan el poder…pero no.
Fernando sufría y gozaba de una aventura estudiantil de las muchas que organizábamos, no se diga a Teocelo en donde la majestuosa cancha, el pasto sagrado y las atiborradas gradas nos esperaban cada quince días en el Magueyal, a donde llevamos también ya en los 70 al equipo Delfines de Roberto Ahued, jugando entre ellos Paco Portilla, Cacala Blanco y otros de los que hablaremos un día de estos…
Hace años me encontré con Fernando Huitrón López en el aeropuerto de Tampico, viajaría él al puerto de Veracruz y un servidor a la ciudad de México…parece ser que tenía un cargo importante en el Club Atlante cuando pertenecía al IMSS…y si alguien sabe de Fernando Huitrón López, no sean gachos….avísenme.
Nada más como dato:
Don Fernando López Arias murió en la ciudad de Xalapa, el 3 de julio de 1978 y el maestro Librado Basilio, falleció un domingo, el 5 de junio, hace 19 años…a las cuatro de la tarde en su hogar, en brazos de su hija mayor Margarita y de su hijo menor Agustín…lo vistieron con ese histórico saco azul, como lo conocimos y pendiente todas las mañanas, antes de las siete a la entrada a este plantel del cual me enorgullece haber estudiado…
Su sepelio fue inolvidable con el clima de Xalapa, nublado y chipichipi…estuvimos un rato en la Catedral Metropolitana en esa misa celebrada por Sergio Obeso Rivera…
Recordé a Librado Basilio cuando de mezclilla y sombrero, machete y tijeras para apodar, llegaba a su finca allá por Teocelo, por el rumbo de la Isla…
Remato:
“El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados”.
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